
¿Quiénes son Eva y Carlos?
Carlos y Eva vivían una tranquila vida en Austria. Allí trabajaban como ingenieros, disfrutaban haciendo senderismo en los Alpes y desplazándose en bici por la idílica ciudad de Graz.
Pero un día… decidieron romper con todo y lanzarse al mundo a viajar sin billete de vuelta.
Eva es ingeniosa y segura de sí misma, aunque a veces le cuesta tomar la iniciativa. Desde que pisó tierras extranjeras por primera vez le encanta conocer otras culturas.
Carlos se caracteriza por su paciencia y por saber escuchar. Es muy inseguro y le cuesta tomar decisiones, pero cuando supera sus miedos se siente muy feliz.
Juntos forman un buen equipo: a una se le ocurren las ideas, el otro se encarga de materializarlas; uno se ocupa de pensar todo lo que podría salir mal, la otra piensa en todas las soluciones; uno se encarga de la tecnología, los vuelos y alojamientos y la otra de crear recuerdos del viaje en forma de fotos y relatos.
Desde que comenzaron a viajar en Abril de 2019 han vivido multitud de experiencias:
- 30 días de Trekking por los Himalayas.
- 12 días de retiro de meditación Vipassana.
- Safari en busca del tigre de Bengala en la remota región de Bardia, Nepal.
- Senderismo por la jungla tropical de Malasia.
- 13 días en una isla paradisíaca en la que sólo pensábamos quedarnos 4 noches.
- Vivir 3 días en un barco y ver orangutanes y monos narigudos en Borneo.
- Ver un cráter de cerca en la ruta de los volcanes en Java.
- Dos semanas de voluntariado en una aldea de Bali, enseñando inglés a unos chavales que nos acogieron con mucho cariño.
- Recorrer la isla de Taiwan en bicicleta.
- Vivir un mes en una furgoneta, descubriendo los paisajes de Nueva Zelanda.
No serán los mejores viajeros, pues son tímidos, introvertidos e indecisos.
Pero están viviendo un viaje a su manera y han querido compartirlo contigo a través de estos relatos.
¿Por qué un viaje de los buenos?
Cuando vivíamos en Austria, Carlos y Eva solíamos bromear con frases como éstas:
— ¿Me das un beso?
— ¿De los buenos o de los malos?
— ¿Te apetece un helado?
— Pero que sea un helado de los buenos.
— Voy a cocinar una paella de las buenas.
— ¿Y si hacemos un viaje?
— Pues que sea un viaje de los buenos.